Nuestro estatuto nuevamente atacado

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A su vez, y de manera unilateral, arbitraria y mostrando nuevamente un profundo desprecio por los derechos de los trabajadores, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha modificado nuestro Estatuto Docente por decreto (Dto. 678-2016, fechado el 29 de diciembre). Con la firma de la Ministra Soledad Acuña y del Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, se establecen cambios sin debate alguno y anunciados mediante la prensa y luego comunicados oficialmente a los trabajadores. La reforma implica modificaciones en la conformación del puntaje docente. Así, se incrementan los topes anuales para los cursos de capacitación (pasa de 0,60 puntos a 1,80 puntos al año) y el tope general para dicho rubro (de 6 a 9 puntos en total). Por otro lado, se plantea una recalificación del puntaje ya obtenido en ese rubro, y fundamentalmente, se establece la caducidad del puntaje de los cursos en 5 años. Es decir que se da un nuevo paso para colocar este rubro bajo las leyes del mercado: en un escenario cada vez más privatizado a la hora de capacitarse, la validez de nuestros conocimientos tiene fecha de vencimiento. El mismo gobierno que a nivel local vacía de cursos la Escuela de Maestros (ex CePA) y precariza a sus trabajadores, y que a nivel nacional cierra postítulos públicos como los de Nuestra Escuela, decreta que el puntaje de los cursos de extingue en cinco años. Como hemos denunciado, esto, lejos de perseguir una actualización de nuestros conocimientos, alienta el lucro con los cursos arancelados: los sindicatos amigos de la gestión, las empresas , la Iglesia y las ONGs que se enriquecen con la necesidad de capacitarse de los docentes, verán si se implemente esta reforma un salto exponencial en sus ganancias.
 
Ante esta avanzada privatizadora, que se enmarca en una reforma educativa motorizada por el Gobierno nacional y apoyada por todos los gobernadores que vacía la Escuela Pública, en un año donde nuestro salario se vio carcomido por la inflación, es necesario pensar en un plan de lucha que plantee un no inicio del ciclo lectivo.
Necesitamos impulsar asambleas en cada escuela y lugar de trabajo para que el regreso  nos encuentre debatiendo cómo enfrentar este ataque a los docentes, llamando además, a una gran asamblea abierta de toda la docencia de la Ciudad para exigir a todos los sindicatos un plan de lucha que imponga el no inicio de las clases, coordinando esta medida nacionalmente.