Ante la crisis y el ajuste, necesitamos un plan de lucha por el salario y las condiciones laborales
Martes 9, 18 hs Asamblea Unificada de toda la docencia
En los últimos meses el ajuste se hace sentir cada vez con más fuerza, lxs docentes vemos cómo nuestros salarios han sido pulverizados por la inflación, los precios suben en forma exorbitante y es una realidad que no hay malabares posibles para llegar a fin de mes. Nuestros atrasados salarios corren tras la inflación que solamente en el primer semestre suma el 40%, si a eso sumamos el pago de los elevados costos de los alquileres, el reciente aumento del transporte, los tarifazos en luz y gas, la situación se vuelve cada vez más crítica, las expectativas hacia fin de año no descartan que se llegue al 90%.
El salario mínimo de lxs docentes porteños está en alrededor de $ 75.000, casi un 30% por debajo de la línea de pobreza que mide el índice de precios de las estadísticas oficiales de la Ciudad (familia “tipo”, sin costos de alquiler), que establece un mínimo de $105.000 en junio para no caer en la pobreza, y que según el relevamiento de la Junta Interna de ATE INDEC llega a casi $ 170.000. Esto lleva a una extensión de la jornada laboral tomando un segundo o tercer cargo, con el impacto que conlleva esta sobrecarga laboral. A este cuadro, se agrega el ataque a nuestras condiciones laborales, la reforma del estatuto, en particular lo que respecta a la estabilidad y acceso transparente a los cargos, y la vulneración al derecho a la salud a través del vaciamiento de la Obra Social (ObSBA) que impacta fuertemente sobre lxs trabajadorxs y sus familias, la cantidad de licencias médicas rechazadas por la Dirección de Medicina Laboral, la situación de infraestructura y la falta de vacantes.
Lo que estamos atravesando es compartido por el conjunto de lxs trabajadorxs y sectores populares y encuentra su explicación en una política económica completamente subordinada al pago de la deuda con el FMI y demás acreedores, y a los intereses del capital financiero, industrial, comercial, extractivista y agroexportador, en detrimento de las mayorías populares.
A nivel mundial se está desarrollando una profunda crisis económica y política que impacta en todos los países del mundo. Pero en ese contexto, el gobierno elige privilegiar los intereses de los grandes grupos económicos, los poderosos de siempre, a costa de la vida, de la salud, de la miseria de nuestro pueblo.
El gobierno dice que no hay dólares, pero el 9 de julio pagó otros 690 millones de dólares de deuda externa que no contrajimos lxs trabajadores y que el gobierno nacional y los gobernadores han decidido que sí seamos nosotrxs quienes la paguemos con rebajas en salarios y jubilaciones, tarifazos, desempleo o empleo precario, recortes en salud, educación, obra pública. Dice que no va a negociar con especuladores y otorga cuantiosos beneficios al agronegocio que viene incrementando sus ganancias.
Todo el arco político patronal, incluyendo a los gobernadores, sostiene la política del ajuste. La designación de Massa como superministro, con la venia del FMI, del Departamento de Estado norteamericano y de la cúpula empresarial local, no hacen más que ratificar y profundizar ese rumbo económico. En medio de la aguda crisis económica y política, aplaudido por «los mercados» Massa designa a funcionarios que estuvieron con Alfonsín, Menem, Cavallo y De la Rúa, Duhalde y Néstor Kirchner.
Todo ello con el aplauso y complicidad de la CGT y la CTA que lejos de representar a lxs trabajadorxs buscan contener cualquier expresión de descontento para garantizar el orden social y sostener a un gobierno que nada tiene de nacional ni de popular.
Las consecuencias sociales y humanas de esta política ya son evidentes: se incrementan la miseria y la pobreza, el hambre empieza a golpear en muchas familias, incluyendo a las de nuestrxs pibis en las escuelas.
Frente a todo esto, desde abajo, lxs trabajadores no podemos quedarnos de brazos cruzados viendo cómo se juega nuestro futuro y el de nuestrxs pibis.
En los últimos meses, en distintos lugares del país, trabajadorxs de distintas ramas han comenzado a salir a las calles para pelear por mejores condiciones salariales, laborales y de vida. Se han expresado en diferentes conflictos como las enormes movilizaciones de las organizaciones de desocupadxs y piqueterxs, lxs docentes de San Juan, La Rioja, Río Negro, Chubut, Santa Fe, Mendoza y Neuquén; lxs trabajadorxs de la salud en Rio Negro, Jujuy y Mendoza; empleados municipales en Misiones; lxs trabajadores del neumático, entre otras luchas.
En este cuadro, desde Ademys y el conjunto de sindicatos, seccionales y cuerpos de delegados combativos que confluimos en el Plenario Sindical Combativo hemos señalado desde un inicio la necesidad de movilizarnos para enfrentar esta política económica, contra el acuerdo con el FMI para frenar el ajuste y lo hemos hecho junto a más de 100 organizaciones convocantes en varias oportunidades.
Es tiempo de salir a las calles. De organizarnos en cada escuela, en cada lugar de trabajo. De salir a pelear, porque es la única forma de frenar esta orientación de ajuste y ataque a las condiciones de vida de lxs trabajdorxs que llevan adelante el gobierno de Fernández a nivel nacional y de Larreta en la Ciudad.
Lejos de las burocracias sindicales de la CGT, las CTA y la CTERA, que privilegian su integración al gobierno nacional y las patronales, urge exigir un paro nacional y plan de lucha que ponga en la agenda los reclamos de lxs trabajdorxs.
Desde Ademys proponemos discutir en asambleas de escuela, elaborar mandatos y confluir en una Asamblea Unificada de toda la docencia de CABA el próximo martes 9 para definir acciones y el plan de lucha a seguir.
Plata para educación, salud, salarios, trabajo y viviendas, no para pagar la deuda.
Por un paro nacional y plan de lucha contra el ajuste
9 de agosto – 18 hs ASAMBLEA ABIERTA UNIFICADA DOCENTE
Colegio Cortázar (Bogotá 2759)