En octubre de 2013, el Gobierno de la Ciudad implementó un nuevo sistema de inscripción escolar, no ya desde el contacto de las familias con las instituciones educativas, sino a través de internet, es decir, on-line.
Vía Ministerio de Educación, a través de este sistema, buscaron monopolizar la distribución de las vacantes sin brindar ningún tipo de información acerca de las mismas ni el criterio con el cual las asignaban. No solo se gastaron millones en esta nueva avanzada del gobierno, mientras no se invertía un solo peso en lo que realmente se debía, sino que para llevarla a cabo se introdujeron personas completamente ajenas a la docencia y a las escuelas para que realicen las inscripciones.
Esto profundizó y visibilizó varios de los problemas preexistentes en la educación pública. La superpoblación en muchas aulas de escuelas sobre todo en la zona sur, no solo impide que las tareas de enseñanza aprendizaje se desarrollen de acuerdo a lo que cada niño o joven necesita y se sobrecargue a los docentes, sino que es la contracara del vaciamiento de miles de otras escuelas que pierden matrícula y corren el riesgo de cierre de cursos o grados, algo que recordemos ya intentó ser aplicado y en algunos casos, a pesar de las resistencias de familias y docentes, se efectivizó. Asimismo esta fuga de población de la escuela pública es fomentada año a año desde el mismo Gobierno de la Ciudad, principalmente con los subsidios millonarios que se le otorgan a escuelas privadas en detrimento del presupuesto cada vez menor que se le asigna a las públicas. De hecho con la nueva inscripción on line muchas familias, al no poder conseguir una vacante o rendirse en el intento de poder anotar a sus hijos en la escuela, tomaron la decisión de irse a una privada.
Si hubo algo que quedó evidenciado y sobre el tapete con esta nueva aventura del macrismo, fue la falta de construcción de escuelas en todos los niveles, sobre todo en el sur de la ciudad, zona completamente abandonada y rezagada por esta gestión y las anteriores. Obras iniciadas hace años sin terminar, alquileres de edificios poco apropiados para ser escuelas, cientos de terrenos ociosos que el Gobierno decide utilizar para especulación inmobiliaria en lugar de dar respuesta a los miles de niños y niñas de la Ciudad de Buenos Aires, particularmente de nivel inicial, no tienen vacante en la escuela pública.
Tras un exhaustivo relevamiento realizado por nuestro sindicato, con aportes de muchos de los actores de la comunidad educativa, hemos arribado a un número alarmante: faltan alrededor de 33 escuelas en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, es decir, aproximadamente 10.000 pibes sin vacante.
Por eso desde Ademys continuamos exigiendo:
Un plan de construcción de escuelas
La recuperación de los terrenos ociosos para su construcción
Anulación de la inscripción online
Basta de aulas modulares y containers. Condiciones dignas de aprendizaje