Apuntes sobre las reformas laborales, educativas, previsonales que impulsa el gobierno.
La preocupación recorre las escuelas, las y los docentes empezamos a preguntarnos qué va a pasar con la nueva reforma laboral y el serio riesgo de perder derechos. También nos inquietan las reformas sobre nuestras jubilaciones.
El gobierno de Macri se ha servido de su victoria electoral para ir a fondo en la profundización del ajuste, a tal fin el lunes 30 de octubre en el Centro Cultural Kirchner el presidente presentó el proyecto de reformas junto a los grandes empresarios nacionales y extranjeros que operan en el país, 19 gobernadores (incluyendo los supuestamente más “opositores” Alicia Kirchner o Miguel Lifschtiz), la cúpula de la CGT, el episcopado de la Iglesia Católica, rectores de universidades nacionales, los jefes de las fuerzas armadas y la Policía Federal y miembros de la Corte Suprema, entre otros.
Detrás de cada uno de los planteos generales que hizo el presidente hay una política concreta de ajuste y nos tenemos que preparar para enfrentarla.
¿De qué se trata la reforma? ¿Cómo nos afecta a los docentes? La reforma tiene varios ejes y los docentes nos vemos afectados por varios de ellos.
Destruir los convenios laborales
En nuestro caso el Estatuto Docente, que ya viene siendo atacado y recortado. La actual Ley de Contrato de Trabajo dice que el empleado no puede “renunciar” a derechos obtenidos en el convenio de su actividad o estatuto profesional, ahora sí podrá hacerlo es decir que los trabajadores podrán ser obligados a renunciar a sus derechos. Casos como el traspaso de Idiomas a la Gole, que anticipábamos desde Ademys como un ataque directo al estatuto docente, pasarían a ser moneda corriente. El propio articulado del proyecto de ley incluye en detalle la destrucción de las relaciones laborales del país, desde el aumento de la jornada laboral, la eliminación de las indemnizaciones por despidos y la extensión de las tercerizaciones, siguiendo el ejemplo de Vaca Muerta o Atilra.
Pasantías y contratos basura
Se establece un sistema de “prácticas formativas” para “estudiantes y noveles graduados” donde estudiantes trabajarán hasta un año y medio con una carga horaria de hasta 30 horas semanales, sin que las patronales deban pagar aportes jubilatorios ni a la obra social. Las patronales podrán contabilizar los subsidios que les pague el Estado a esas personas como parte del salario, debiendo abonar solo la diferencia hasta llegar al salario mínimo de la actividad. Ademys denunció desde el primer momento que la reforma de la “Secundaria del futuro”( secundaria 2030 ) tenía como objetivo formar mano de obra barata y su vinculación con la reforma laboral. Triaca declaró como objetivos de la reforma: “establecer las pasantías como un atajo para capacitar personal a valores más bajos” (La Nación, 25,10.17). Este “atajo” busca convertir la escuela pública en un ámbito de entrenamiento laboral que abastezca de mano de obra abundante, rotativa y desechable. En las metas del plan maestro queda claramente establecido cómo se vinculará a la escuela con la empresa para que estas últimas reciban el beneficio de prescindir de trabajadores bajo el convenio de la rama, quienes serán reemplazados por estudiantes con salarios muy inferiores.
En educación la reforma laboral se llama Plan Maestro
El Plan Maestro contempla los principales aspectos de la reforma laboral sobre la docencia. Su objetivo central es poner la educación al servicio del mercado a costa del vaciamiento de la escuela pública y de la liquidación del Estatuto del Docente. Esta orientación de las “reformas” tiene sus expresiones más claras en América Latina en México y Chile, se trata de llevar adelante los planes emanados de los organismos internacionales de crédito. Para ello el Plan Maestro se vale de las leyes heredadas de los gobiernos anteriores, como la Ley de Educación Nacional, la Ley de Financiamiento Educativo y la Ley de Educación Superior kirchneristas, o la Ley Federal de Educación de la era menemista.
Ataca a los sindicatos que luchan y no negocian con el gobierno
Se faculta al Ministerio de Trabajo para “actualizar el Registro Nacional de Asociaciones Sindicales”, buscan así quitar la personería a la mayor cantidad de sindicatos posibles, en particular, obviamente, a los que tengan conducciones combativas o que no se sometan a las políticas de flexibilización como Ademys.
Reforma previsional
Respecto a las jubilaciones la intención del gobierno es aumentar la edad jubilatoria a los 67 años en el caso de los varones y a los 63 las mujeres y terminar con las “jubilaciones de privilegio” entre las que escandalosamente encasilla a los docentes. El acuerdo con los gobernadores a cambio del «consenso fiscal» atacando las jubilaciones , vía la modificación del cáculo de la movilodad jubilatoria. El gobierno exige el traspaso de de las cajas previsionales, atacando cualquier conquista que puedan tener los jubilados en las provincias. Tenemos que ser claros: los docentes no tenemos ningún “privilegio”. Trabajamos largas jornadas de doble o triple turno en condiciones precarias, con escuelas desbordadas, infraestructura destruida y sueldos que no superan los 15.000 pesos mensuales. No nos jubilamos con el 82% móvil ya que nuestros salarios tienen un gran componente en negro como denunciamos hace años y a diferencia del resto de los trabajadores aportamos el 13% de nuestro salario a la jubilación. No tenemos nada que ver con las jubilaciones de privilegio de 350.000 pesos que cobran los jueces de la Corte y que a Macri parece que no le molestan. Por otro lado la actualización de haberes jubilatorios dejaría atrás el mecanismo actual y se ajustaría “por inflación” que para el año 2018 proyectan un más que falso 10%.
La reforma también incluye el fin de las horas extras y de los horarios y días de trabajo fijos, indemnizaciones por despidos más baratas para las patronales, avanza con todo la tercerización laboral, blanqueo para las patronales que negrean (como las escuelas privadas con los docentes extracurriculares), se sacan más actividades de la Ley de Contrato de Trabajo y se genera un fondo para que los trabajadores se paguen su propio despido y se dan menos garantías para los trabajadores en los juicios laborales.
¿Cómo enfrentamos este ataque? Tenemos que tomar esta pelea en nuestras manos.
El triunvirato de la CGT sigue con la tregua y ya anticipó que la reforma tiene “aspectos positivos”: van a entregar todas nuestras conquistas históricas sin ni siquiera un amague de lucha. Mientras CTERA saca comunicados grandilocuentes, no plantea una sola acción para enfrentar este ataque histórico a las y los trabajadores. La ofensiva del gobierno de Macri hacia todos los trabajadores, cuenta con el papel paralizante de las direcciones sindicales. Despùes del paro del 6 de abril la CGT aisló a cada lucha obrera y todo tipo de reclamo. Durante el período electoral fue tejiendo el acuerdo con Macri.
En la ciudad el sindicato Ademys fue quien se puso a la cabeza de las princiaples luchas educativas, laborales, democràticas como del reciente rechazo al operativo aprender. Lo mismo sucedió en todo el país, fueron los sindicatos y seccionales combativos e independientes quienes impulsaron la jornada de lucha del 7 de noviembre contra las evlauaciones externas. Este año los docentes hemos dado enormes peleas mientras la burocracia hizo la plancha y enterró el conflicto con la escuela itinerante.
Ante la magnitud del ataque del gobierno sobre el conjunto de los trabajadores, la docencia y la educación pública, es necesaria una respuesta a la misma altura. Necesitamos un plan de lucha nacional para derrotar las reformas, con paros progresivos, movilizaciones y asambleas para decidir.
Coordinemos con el sindicalismo combativo y confluyamos en un plan de lucha en unidad de acción con todos los sectores que estén dispuestos a enfrentar la reforma. Sigamos organizándonos en cada escuela y distrito, reflotemos las asambleas distritales y vayamos a una gran asamblea abierta para coordinar y unificar fuerzas para frenar este ataque.
Te invitamos este viernes 17 de noviembre a participar de la reunión abierta de delegadxs en Ademys ¡Abajo las reformas!