Desde Ademys volvemos a manifestar nuestra solidaridad con el pueblo trabajador de Francia, repudiando el atentado a Charlie Hebdo. Al mismo tiempo, queremos manifestar nuestra preocupación por la utilización política de este crimen por parte de los gobiernos de Francia y Europa, que están, a partir de estos terribles hechos, estigmatizando a los musulmanes y a los jóvenes trabajadores y pobres de los barrios populares.
La reciente manifestación de este domingo en París, con la presencia del Presidente francés, Francois Hollande, el ex-presidente Nicolás Sarkozy y varios jefes de Estado como Merkel, Cameron, Rajoy y Natanyahu, incluido el Presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, fue un hecho inédito y tuvo una enorme repercusión mundial. Pero las expresiones en favor de la “civilización”, la “libertad” y la “democracia” no deben tener como contracara el racismo y el nacionalismo xenófobo que de fondo buscan que legitimar una política de derecha que se despliega ampliamente por toda Europa.
Los líderes de la Europa imperialista, la que se enriqueció con la explotación de millones de seres humanos a partir de la conquista y colonización de Asia, África y América Latina, masacrando a su población, los políticos y empresarios que hoy apoyan los bombardeos imperialistas de la OTAN que asesinan a miles de personas, desde los social liberales y conservadores, hasta los representantes de la derecha xenófoba como Marine Le Pen, promueven hoy el Terrorismo de Estado en África y Medio Oriente. Son los aliados del Estado genocida de Israel que continúa masacrando a la población palestina, los que refuerzan la doctrina de “Guerra contra el Terrorismo” ideada por Bush y demonizan a millones de árabes y musulmanes que viven en la miseria en los suburbios de Europa.
También son los que prohíben manifestaciones, los que impulsan reformas laborales cercenando los derechos de los trabajadores, aplicando los planes de austeridad y recortes a los planes sociales yvotando leyes xenófobas contra los inmigrantes que habitan la periferia de las grandes ciudades, utilizados como mano de obra barata y precarizada.
A su vez, debemos recordar que muchas de las organizaciones que en nombre del islamismo llevan adelante acciones terroristas son organizaciones reaccionarias cuyo desarrollo es responsabilidad directa de la política imperialista en Medio Oriente. Tanto Al Qaeda -creada, financiada, equipada y apoyada por la CIA en Afganistán-; como del Estado Islámico (ISIS) – organización surgida en Irak cuando ante la evidencia de la derrota política de la invasión el imperialismo norteamericano comenzó a agitar las luchas sectarias entre distintas fracciones (chiitas, sunitas) para debilitar las resistencias al gobierno títere puesto por el Pentágono-; están llevando adelante una masacre de poblaciones, justamente, árabes y mayormente de la religión musulmana.
Ante ello, entendemos que como docentes debemos repudiar estos crímenes, y al mismo tiempo aportar a la comprensión de sus causas, de formar estudiantes-ciudadanos críticos y pensantes con habilidad para comprender qué se esconde detrás de los discursos “nacionalistas” y “civilizatorios” y cómo el imperialismo alimenta una xenofobia racista de un nacional-fascismo que va en contra de los intereses de los pueblos, sin resolver sus verdaderos problemas. Debemos aportar a la unidad de los trabajadores y pueblos del mundo, más allá de las diferencias étnicas, religiosas y nacionales, luchando contra todas las formas de opresión y explotación.