Los docentes despedimos el año 2016 y recibimos 2017 enfrentando una secuencia de despidos, ajuste y represión. Se trata, por un lado, de la cesantía que le quieren imponer a cerca de 3.000 trabajadores del Ministerio de Educación nacional que dirige Esteban Bullrich, entre trabajadores de equipos centrales y tutores virtuales del Programa Nuestra Escuela. Estos despidos, además de implicar una enorme pérdida de puestos laborales, implican una reducción drástica en las capacitaciones que desde el Ministerio se vienen coordinando, hecho que debe enmarcarse en la política sistemática de Cambiemos para favorecer el negocio con las capacitaciones aranceladas, sean éstas gestionadas por sindicatos afines a su gobierno o por empresas privadas y fundaciones. Se trata de un vaciamiento en todo sentido. A su vez, ante la ocupación de la sede administrativa del ministerio llevada a cabo por los trabajadores, lejos de dar respuesta ante los reclamos, el gobierno desplegó un enorme operativo policial en el cual se golpeó a delegados y otros trabajadores.
Como hemos señalado desde Ademys en más de una ocasión, los despidos del gobierno de Cambiemos se vieron facilitados enormemente por la precariedad en las formas de contratación previas: con los contratos temporarios, con cientos de trabajadores en una prolongada planta transitoria o facturando por su labor mediante Monotributo desde hace años, legado de la gestión del exministro Sileoni, el actual gobierno ya tenía la mitad del trabajo hecho a la hora de despedir. A la par que acompañamos las medidas que como trabajadores despedidos y afectados se impulsen, señalamos la necesidad de que las decisiones se tomen en un marco de la más estricta amplitud y democracia de base. Parte de las direcciones de los sindicatos que están interviniendo en este conflicto, como ATE Capital o UTE-CTERA, no están asumiendo la magnitud del ataque que estos despidos implican, y centran su intervención en dar una disputa férrea con sectores independientes en lugar de favorecer medidas definidas ampliamente y de conjunto para revertir los despidos.
Desde Ademys, creemos necesario impulsar asambleas con todos los trabajadores del Ministerio de Educación para que sean éstos quienes decidan las medidas de lucha necesarias para lograr frenar los despidos respaldados por la solidaridad de miles de trabajadores.El ejemplo de la toma realizada en el CONICET muestra un camino de unidad para la lucha.