El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dejó cesante a Raquel Papalardo, Rectora del Mariano Acosta. Con la edad para jubilarse cumplida, la docente ya había empezado los trámites de jubilación. Sin embargo, las autoridades porteñas aceleraron su salida con un cese administrativo. Esto la deja sin cobrar el sueldo y sin obra social, hasta tanto se concrete su jubilación.
A este caso se suma la intimación a jubilarse a Susana Reyes, directora del Isauro Arancibia.
Desde Ademys repudiamos estas medidas ya que son razones políticas las que llevan al gobierno a avanzar en ambos casos. Pretenden, de esta forma, ejemplificar para disciplinar a la docencia.
El macrismo pretende intimidar a los equipos de conducción para que apliquen sin chistar las políticas educativas del gobierno. En los últimos años muchas conducciones han acompañado a la par de los y las docentes en medidas como el rechazo a la evaluación externa del año pasado, el cierre de grados del 2011 o en cada huelga en las que abren las puertas a las familias para compartir las razones de las medidas de fuerza. El gobierno, en cambio, quiere directivos dóciles. Por eso, no debemos dejar que sanciones como esta pasen de largo.