Desde Ademys expresamos nuestro rechazo al programa “Guardianes Escolares” lanzado el 8 de mayo por el Gobierno de la Ciudad.
Este programa se basa en el reclutamiento de “voluntarios/as” para formar parte de los llamados Senderos Escolares. Según el Gobierno estos «senderos» serían caminos cuidados por agentes de Prevención de la Ciudad (una revival de la fracasada Guardia Urbana), agentes de tránsito y policías “para que los chicos puedan ir y volver tranquilos de la escuela.” Los guardianes escolares servirían de apoyo a los agentes y acompañarían a los chicos en ese trayecto.
Varias cuestiones nos alarman sobremanera en este tema. En primer lugar, la existencia misma de estos senderos escolares, un eufemismo que pretende esconder la saturación policial del espacio público. Se trata de rodear las escuelas de policías o agentes que los llamarán ante cualquier conflicto, justamente en un contexto en el que recrudece el hostigamiento y represión policial contra nuestros estudiantes. Una manera más de reforzar la imposición de un estado policial y militar, donde frente a cualquier necesidad o problemática social se responde con la fuerza represiva.
Por otro lado, a nadie escapa el carácter corrupto y mafioso que impregna de manera estructural estas fuerzas. Para muestra, basta un botón: hace un mes el Jefe de la Policía de la Ciudad, José Potocar fue detenido y procesado junto a otros dos jefes policiales, por formar una asociación ilícita que cobraba dinero para brindar supuesta «seguridad» a comerciantes. Ya nadie niega que estas fuerzas integren las grandes mafias como el narcotráfico o la trata de mujeres para ser prostituidas. Son las fuerzas de seguridad que liberan las zonas sosteniendo el entramado de complicidad con el crimen organizado que regentea los negociados junto a políticos, funcionarios judiciales y empresarios. Es decir que estamos ante una nueva estafa a las comunidades educativas. Desde nuestro sindicato, sostenemos que dejar la seguridad de nuestros pibes y pibas en manos de las instituciones de la corrupción, el gatillo fácil, los apremios ilegales, la represión, el narcotráfico, es exponerlos a un enorme peligro. El hecho mismo de rodearlos con decenas de personas armadas es, como mínimo, una gran irresponsabilidad.
Por si esto fuera poco, el gobierno suma un nuevo riesgo: los guardianes escolares. Voluntarios convocados de manera abierta e indiscriminada, por mail y a través de la página de voluntariados del Gobierno de la Ciudad. El único requisito para convertirse en un “guardián” es mandar un formulario virtual y participar de una jornada de capacitación. Luego se les entrega un chaleco, una gorra y silbato con logos del GCBA, que los señalarán como adultos confiables para nuestros niños, niñas y adolescentes. Esos personajes tendrán la función de vigilar los movimientos cotidianos de cientos de chicos/as. Frente a esto, denunciamos que las características del rol y la forma irrestricta del ingreso de voluntarios, hace del programa Guardianes Escolares un verdadero paraíso para pedófilos y redes de trata, exponiendo a los y las estudiantes a una situación de suma vulnerabilidad.
Desde Ademys, entendemos que se trata de una tergiversación nefasta de los “senderos seguros”, en los que vecinos y vecinas de un barrio se comprometían a cooperar en el cuidado de los chicos y las chicas. Pero que de ninguna manera involucraban a personas armadas ni a desconocidos “guardianes” inscriptos por internet.
Por todo lo expuesto, convocamos a las familias, estudiantes y trabajadores/as de la educación, a la comunidad educativa toda, a rechazar enérgicamente la implementación de los programas de Senderos y Guardianes Escolares. De nuestra parte, proponemos debatir en cada escuela, en cada barrio, en cada distrito, cómo retomamos el cuidado colectivo de nuestros chicos y chicas, sin armas ni extraños reclutados por mail.
Este programa se basa en el reclutamiento de “voluntarios/as” para formar parte de los llamados Senderos Escolares. Según el Gobierno estos «senderos» serían caminos cuidados por agentes de Prevención de la Ciudad (una revival de la fracasada Guardia Urbana), agentes de tránsito y policías “para que los chicos puedan ir y volver tranquilos de la escuela.” Los guardianes escolares servirían de apoyo a los agentes y acompañarían a los chicos en ese trayecto.
Varias cuestiones nos alarman sobremanera en este tema. En primer lugar, la existencia misma de estos senderos escolares, un eufemismo que pretende esconder la saturación policial del espacio público. Se trata de rodear las escuelas de policías o agentes que los llamarán ante cualquier conflicto, justamente en un contexto en el que recrudece el hostigamiento y represión policial contra nuestros estudiantes. Una manera más de reforzar la imposición de un estado policial y militar, donde frente a cualquier necesidad o problemática social se responde con la fuerza represiva.
Por otro lado, a nadie escapa el carácter corrupto y mafioso que impregna de manera estructural estas fuerzas. Para muestra, basta un botón: hace un mes el Jefe de la Policía de la Ciudad, José Potocar fue detenido y procesado junto a otros dos jefes policiales, por formar una asociación ilícita que cobraba dinero para brindar supuesta «seguridad» a comerciantes. Ya nadie niega que estas fuerzas integren las grandes mafias como el narcotráfico o la trata de mujeres para ser prostituidas. Son las fuerzas de seguridad que liberan las zonas sosteniendo el entramado de complicidad con el crimen organizado que regentea los negociados junto a políticos, funcionarios judiciales y empresarios. Es decir que estamos ante una nueva estafa a las comunidades educativas. Desde nuestro sindicato, sostenemos que dejar la seguridad de nuestros pibes y pibas en manos de las instituciones de la corrupción, el gatillo fácil, los apremios ilegales, la represión, el narcotráfico, es exponerlos a un enorme peligro. El hecho mismo de rodearlos con decenas de personas armadas es, como mínimo, una gran irresponsabilidad.
Por si esto fuera poco, el gobierno suma un nuevo riesgo: los guardianes escolares. Voluntarios convocados de manera abierta e indiscriminada, por mail y a través de la página de voluntariados del Gobierno de la Ciudad. El único requisito para convertirse en un “guardián” es mandar un formulario virtual y participar de una jornada de capacitación. Luego se les entrega un chaleco, una gorra y silbato con logos del GCBA, que los señalarán como adultos confiables para nuestros niños, niñas y adolescentes. Esos personajes tendrán la función de vigilar los movimientos cotidianos de cientos de chicos/as. Frente a esto, denunciamos que las características del rol y la forma irrestricta del ingreso de voluntarios, hace del programa Guardianes Escolares un verdadero paraíso para pedófilos y redes de trata, exponiendo a los y las estudiantes a una situación de suma vulnerabilidad.
Desde Ademys, entendemos que se trata de una tergiversación nefasta de los “senderos seguros”, en los que vecinos y vecinas de un barrio se comprometían a cooperar en el cuidado de los chicos y las chicas. Pero que de ninguna manera involucraban a personas armadas ni a desconocidos “guardianes” inscriptos por internet.
Por todo lo expuesto, convocamos a las familias, estudiantes y trabajadores/as de la educación, a la comunidad educativa toda, a rechazar enérgicamente la implementación de los programas de Senderos y Guardianes Escolares. De nuestra parte, proponemos debatir en cada escuela, en cada barrio, en cada distrito, cómo retomamos el cuidado colectivo de nuestros chicos y chicas, sin armas ni extraños reclutados por mail.
Karina Olivares – Secretaria de DD.HH