En el Día Internacional de la Alfabetización
Una niña toma el lápiz y por primera vez traza unas líneas que no intentan ser imágenes, sino letras. Una línea serpenteante que dice algo que sólo sabe ella. La línea sigue se va del blanco mapa de la hoja, llega hasta las manos de un niño que sabe que gato lleva una A y una O, entonces entre silencios de consonantes atrapa una idea. Esas dos letras que juntas, dicen algo con forma de futuro. La palabra GATO salta de su cuaderno, a la hora de dormir y se acurruca en las manos de una abuela que hace poquito se anotó en la escuela de adultos, y que ahora sí, ahora puede (porque querer quiso siempre), conocer todas y cada una de esas letras para ayudarle al nieto con la tarea o para dejar en el papel cosas que si no serían olvidos. Escribe CASA con la C bien grande y con la S lenta, y lee detenidamente lo que ha escrito para los demás. Hay aplausos. Ahora una bibliotecaria acerca un libro a la mesa. Él esquiva la mirada, con desconfianza. Ese libro, sabe, está lleno de cosas que no puede ordenar. Prefiere los que tienen sólo dibujos. Ella lo anima, le dice, yo te leo y luego buscamos algunas palabras, como para que sean sólo nuestras. La escena se repite con mínimas variantes en el tiempo y en el espacio. Personas regalando palabras, personas atrapando palabras, juntando letras, armando y desarmando mundos.
En el en Día Internacional de la Alfabetización celebramos a todos, todas y todes los que estamos en esa tarea minuciosa y liberadora y hermosa, a la memoria de nuestrxs alfabetizadores y educadores populares como Olga y Leticia Cossettini, Luis Iglesias, Jesualdo, Paulo Freire, a nuestra Emilia Ferreiro.
Alfabetizar como acto político, para comprender el mundo y transformarlo, alfabetizar con un profundo sentido democrático, a contrapelo de las modas que consideran al ser humano un cerebro con patas, alfabetizar para que la palabra sea algo propio y compartido, alfabetizar en las trincheras populares, para que no necesitemos más trincheras. Que la palabra sea un derecho y no un privilegio, o como dijo Gianni Rodari: «El uso total de la palabra para todos» (…) No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo.
*Secretaría de Asuntos Pedagógicos – Ademys*