En el marco de la convocatoria a la marcha del día 3/06 #NiUnaMenos este día internacional de Acción por la salud de las mujeres cobra un sentido especial.
Sin embargo, bajo las reglas del sistema capitalista, la salud es un negocio, en donde las mujeres nos llevamos la peor parte: altos ritmos laborales, jornadas extenuantes, violencia y accidentes laborales -que muchas veces hasta se cobran nuestras vida-, con los trabajos más precarizados y muchas veces sin cobertura médica.
En nuestra declaración ante la marcha del 3 decimos que en la Argentina una mujer es asesinada cada 30hs por el solo hecho de serlo, por eso no podemos pensar que son casos aislados, no se trata de un loco o un violento, nosotras decimos que esa violencia es parte de este sistema. En el sentido común impuesto, la violencia machista queda limitada sólo a la responsabilidad de hombres particulares que ejercen tal o cual acto violento. Parecería que las instituciones como la Iglesia, el Gobierno, el Estado y el propio sistema de explotación capitalista, no tienen ninguna relación con esa violencia de género. Pero en las condiciones laborales, la precarización, en los medios de comunicación, en las campañas publicitarias, en los mandatos divinos, etc., podemos ver cómo nace y se reproduce la violencia hacia las mujeres como parte de una ideología machista y patriarcal que sirve para mantener este sistema de opresión.
La violencia de Género un problema -de vida o muerte- para la salud de las mujeres
Según detalla el Observatorio de Femicidios de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, en 2013 se produjo un recrudecimiento de la violencia de género, pese a que el Congreso Nacional aprobó un nuevo régimen que castiga el delito de femicidio con reclusión perpetua. Y en estos pocos meses del 2015 las cifras son alarmantes.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 54 % somos mujeres, y el 44 % de esas mujeres son sostén de familia. En un informe, elaborado por el Ministerio de Desarrollo Social porteño y por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, se indica que dos de cada diez porteñas fueron o son golpeadas por sus parejas o ex-parejas; seis de cada diez reciben insultos a diario, son maltratadas o menospreciadas. También surge de ese informe el dato de que solo una de cada diez mujeres hace la denuncia.
Y así la violencia de género se extiende a todo el país. Pero la «preocupación» de los políticos oficialistas y opositores por el trato a las mujeres no es creíble: mientras se escandalizan por las altas cifras de femicidios, impiden que se trate el proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho a la Aborto y se legalice el aborto, que es la causa por la que también muere otra mujer diariamente en el país. La salud de las mujeres claramente no es agenda de ningún gobierno: el Gobierno de Macri por ejemplo gasta más de dos millones de pesos por día en publicidad y ha reducido el gasto para la prevención de violencia. El gobierno Nacional, por su parte, decretó en el 2009 la Ley 26.485 contra la violencia de género pero aún no está reglamentada y no se le asignan fondos, como venimos denunciando.
Es necesario organizarnos y ser miles de mujeres en las calles para pelear por todos nuestros derechos y las docentes tenemos que estar ahí. L@s trabajador@s de la educación somos un gremio mayoritariamente compuesto por mujeres, por lo tanto la violencia que enfrentan las mujeres día a día nos atraviesa a tod@s no solo como mujeres, también como docentes de nuestras alumnas, madres, hermanas, primas, hijas, compañeras. Por eso mientras nos preparamos para movilizarnos queremos impulsar a la vez una gran campaña en las escuelas con fotos, charlas, debates que permitan que se transformen también en un espacio de organización contra la violencia hacia las mujeres y por todos nuestros derechos.