Los dueños y los mayordomos
En la primera semana de septiembre, en la provincia de Mendoza, donde el gobierno del radical en Cambiemos Cornejo es un alumno aplicado a la hora del ajuste y las reformas regresivas, se dará la reunión del G-20. Este grupo de los países más poderosos, el bloque de la UE y algunas naciones llamadas “emergentes”, abordará en su sesión entre otros aspectos las reformas en educación.
Bajo la presidencia formal de Argentina, el G-20 encarará desde una perspectiva ligada a los intereses de las naciones capitalistas dominantes el vínculo entre educación y trabajo, o educación e innovación, entre otros. A su vez, abonará hacia medidas que alienten las reformas regresivas en cuanto a los contenidos de la educación, el rol de los docentes y tratará de trazar ejes que apunten a la pérdida de derechos laborales que aún mantenemos en nuestros estatutos. Los patrones y dueños del mundo, llegan a impartir directivas. Cornejo, el mayordomo, coloca la alfombra roja.
Una reforma hemisférica
Los lineamientos de los países más poderosos y de los organismos multilaterales de crédito nunca dejaron de imponer la agenda de los ministerios de educación locales en nuestra historia reciente. En este momento, esa injerencia se da más desembozadamente y de manera mucho más acentuada. La reforma en Educación Superior (con el precedente del Proyecto Aguilar, y las avanzadas en Mendoza y CABA, con el Decreto 432/18 y el proyecto de UniCABA, respectivamente), constituye un ejemplo. Cabe señalar que las reformas en este nivel cuentan con un camino allanado por la LES (Ley de Ed. Superior, n° 24.521), votada durante el menemismo y sostenida por todos sus sucesores. Pero este nuevo impulso de reformas neoliberales sobre el sistema educativo de nuestro país es más amplio, e incluye rediscutir las bases de la formación y escalafón docente a nivel nacional; la evaluación periódica de la docencia para determinar su salario y estabilidad; la injerencia directa de corporaciones, ONGs y organismos externos sobre la currícula. Buena parte de ello se plasma en el llamado Plan Maestro, proyecto de ley borrador que Cambiemos tiene en carpeta. Pero otra parte, ya forma parte de políticas en curso, como las refrendadas mediante el Consejo Federal de Educación por el ejecutivo nacional y todos los gobernadores.
El G-20 en las aulas
El gobierno de Mendoza, pionero en el ajuste y los salarios a la baja, en precarizar las condiciones laborales docentes con un doble presentismo como el “Ítem Aula” y en seguir al pie de la letra el ajuste que receta la Casa Rosada, ha difundido un curioso material. Bajo el título de “G20. Orientaciones para el aula”, un cuadernillo sin firma propone actividades para el alumnado sobre este organismo, sus tareas y objetivos ( http://www.mendoza.edu.ar/g20-orientaciones-para-el-aula/ ). Como es previsible, se trata de una grosera propaganda, con un tono laudatorio sobre este organismo, alejada de cualquier lectura crítica, y contraria a los más elementales lineamientos curriculares de Cs. Sociales o Prácticas del Lenguaje de cualquier currícula seria. En el cuadernillo se les pregunta a alumnas y alumnos “¿Qué es el G.20?”. Lejos de proponer una indagación crítica, o la búsqueda en fuentes variadas y diversas, se los invita a que esa respuesta la busquen en el sitio oficial del organismo, cuyo enlace está debajo de la pregunta. Luego, siempre siguiendo con una “bajada de línea” apabullante, se les pide a los y las estudiantes que “escriban de tres maneras distintas el contenido de la siguiente expresión:
«Es necesario mejorar la productividad de los suelos de forma sostenible»”. Otros ejercicios, ensalzan de manera acrítica las TICS y el desarrollo tecnológico, e invitan a “explicar con tus palabras por qué <<La conectividad digital hará, de cada persona del presente, un ciudadano global y un trabajador del futuro>>”.
Para refutar cualquier visión ingenua sobre quiénes realmente son los que adoctrinan en las aulas, queda claro que si de pluralidad se trata, ni el G20 ni los gobiernos que asumen su libreto están dispuestos a contemplar un pensamiento que no sea el propio, que pretenden que sea el único.
Rechazar las reformas del G20 para defender la escuela pública
Mientras las escuelas públicas y quienes las habitamos estamos en peligro por su literal derrumbe, como quedó plasmado en la masacre de Moreno, desde el poder se preparan nuevos ataques. La política de ajuste general sobre la clase trabajadora, y en particular sobre la educación pública, muestra un rostro cruel e insensible. No obstante, vastos sectores se levantan a dar pelea. Así lo demuestran docentes y estudiantes universitarios; así lo hacen las y los trabajadores de la educación bonaerenses que desafían a la gobernadora y superan a las conducciones burocráticas, imponiendo una agenda de lucha. Es preciso lograr la mayor unidad de acción posible para enfrentar estas reformas. Debemos apostar a unir los reclamos de trabajadores y trabajadoras de la educación, comunidad, estudiantes; debemos superar a las direcciones que no pelean o lo hacen a cuentagotas. Repudiemos al G20 y sus políticas de vaciamiento. La exigencia de un plan de lucha educativo nacional, cobra cada día mayor necesidad.
Mariano Garrido, Secretario de Asuntos Pedagógicos