Queridas familias:
Muchos maestros de la Ciudad de Buenos Aires haremos un paro mañana jueves y no queremos dejar de explicarles por qué. Por un día dejaremos las aulas para estar en la Legislatura de la Ciudad. Allí se va a tratar un proyecto de ley para crear un Instituto de Evaluación que evalúe a maestros y alumnos. Ese instituto se propone tomar pruebas iguales para todos, sin conocer a los maestros, ni a la escuela, ni a los chicos.
Probablemente se preguntarán por qué nos oponemos. Nosotros sí creemos que la evaluación es muy importante. De hecho, los maestros evaluamos constantemente a nuestros alumnos para saber qué han aprendido y pensar qué cómo seguir enseñando. Tenemos paciencia, consideraciones, vemos que todos los alumnos no tienen las mismas posibilidades ni puntos de partida. Como los conocemos, tenemos en cuenta los progresos que han realizado y pensamos siempre en cómo ayudarlos lo que les sigue costando.
También creemos que la evaluación de los maestros es muy importante. Todos los años, la dirección de nuestra escuela nos evalúa y califica, teniendo en cuenta lo que puede lograr cada maestro, sus fortalezas, debilidades y avances, porque nuestros directivos nos conocen.
En cambio el proyecto de ley quiere que los que nos evalúen sean otros: otros que no nos conocen a nosotros ni a nuestros alumnos. Quieren copiar un sistema de evaluación muy parecido al que ya está fracasando en otros países. En esos países, según los resultados las pruebas se decide cuánta plata se le destina a una escuela o qué salario se le paga a un docente.
Además, el Instituto Evaluador gastaría millones de pesos para, según dicen, averiguar qué es lo que falla en las escuelas. Los maestros y las familias conocemos muy bien cuáles son los problemas. ¿Es necesario entonces que el Estado gaste millones de pesos en un sistema de evaluación que venga a identificar esos problemas? ¿Qué beneficios nos puede traer semejante inversión? ¿No sería conveniente emplear ese dinero en horas de capacitación para los docentes o en gabinetes psicopedagógicos que nos ayuden a trabajar con los problemas de los chicos?
Una de las creadoras de este tipo de evaluaciones en Estados Unidos declaró, en estos últimos años, que estas pruebas perjudican a la educación: las maestras, un mes antes de la evaluación, comienzan a enseñar a sus alumnos para que respondan correctamente las preguntas de estas pruebas. Dejan de lado los contenidos que no serán evaluados, como la poesía o la historia. Preparan a sus alumnos exclusivamente para que pasen el examen, pero nada más.
Los maestros queremos evaluar y ser evaluados. Pero no queremos que esto se haga para castigarnos o castigar a nuestra escuela. Queremos hacerlo para seguir aprendiendo, rodeados de nuestros compañeros, los que ponen todas sus fuerzas, todos los días, para construir una escuela mejor.