Una de las estocadas finales del plan comenzado por Esteban Bulrich y continuado por Soledad Acuña llega el 1 de julio próximo: la fusión de las Juntas de Educación Artística y Normales, de CENS y Media, Adultos primaria y primaria y también Técnicas 1, 4 y 5.Estas fusiones desconocen las especificidades de cada área, nivel y modalidad de la educación; desconocen la historia recorrida y las necesidades de las escuelas. Sin embargo no es sorpresiva esta reducción de espacios.
Esta fusión no es, ni más ni menos, que la aplicación de la la ley «Abrevaya» (N°4109 – votada por el PRO en 2011 que eliminó las funciones históricas de las juntas de clasificación, las «fusionó» y creó la CoREAP con mayoría de miembros elegidos por el GCBA) y la ley «Gorleri» (N° 5461- votada por el PRO y el FPV en 2015, que eliminó las elecciones docentes, a cambio de miembros elegidos por el GCBA según la cantidad de afiliadxs de los sindicatos), ambas votadas en la Legislatura porteña.
Desde Ademys venimos denunciando sostenidamente las nefastas consecuencias de la creación de la CoREAP y de la disolución de las juntas: listados atrasados o con errores sin respuesta, confección de los listados por burócratas que desconocen la labor docente, desatención sistemática de todo tipo de reclamos, entre otros.
Las leyes antes mencionadas definen la desaparición de un ejercicio democrático arrasado: la elección mediante voto directo de la representación gremial en las juntas. En vez de nosotrxs docentes elegir mediante el voto directo, quiénes serán lxs compañerxs docentes que elaboren los listados, el engendro CoREAP pasa a fusionar “juntas” (o lo que queda de ellas), a colocar administrativos sin conocimientos docentes (lo cual ya ha empezado a dar muestras de deterioro notable) y a reducir el número de vocales: estos se designan a dedo en función de una supuesta mayor “representatividad” de los Sindicatos tomando como única variable la cantidad de afiliadxs y sin tener una referencia objetiva sobre los números arrojados por padrones al menos cuestionables.
Ademys ha resuelto no participar ni ser cómplice de la constitución de estas nuevas “juntas”: entendemos que es necesario pelear por la derogación de la disposición 2/2019 DGCDO y que se permita la práctica democrática electoral para la designación de los vocales de junta, y que estos cumplan con sus funciones históricas hoy arrebatadas. La integración sería sólo formal, sin posibilidad de incidir a favor de lxs docentes y validando de esta manera este organismo que precarizará aun más nuestras condiciones laborales fruto del acuerdo legislativo de oficialismo y oposición patronal.
Ningún sindicato convocó a medidas concretas y sostenidas como Ademys: asambleas, marchas, petitorios fueron acallados por la complicidad de aquellos sindicatos truchos que subsisten, y denigran la educación, con la venta de cursos por puntaje, comisiones de servicio o espacios administrativos a cambio de silencio.
La posibilidad de acceder a cargos y horas mediante un proceso transparente y democrático, por listados y orden de mérito confeccionado por compañerxs trabajadorxs elegidos democráticamente, es un derecho conquistado por la docencia en las calles, y hoy ese derecho pende de un hilo por estas prácticas completamente arbitrarias, sin parámetros académicos y que atentan contra la educación.
Nuestro reclamo sigue intacto:
¡ Derogación de la disposición 2/2019 DGCDO, las leyes «Abrevaya» (N°4109) y «Gorleri» (N° 5461)!
¡ Restitución de las Juntas de Clasificación Docente!