El pasado lunes 27 de abril murieron trágicamente dos niños de 7 y 10 años producto de un incendio en un taller clandestino donde vivían con su familia en la calle Páez 2796, del barrio de Flores. Sus padres resultaron con quemaduras leves e intoxicación por inhalación de humo por lo que debieron ser internados en el Hospital Álvarez.
Dos alumnos de la Escuela N° 4 del DE 12. Dos pequeños más que se suman a la dolorosa lista de las víctimas de la explotación en los aproximadamente cinco mil talleres de costura clandestinos de la ciudad, que producen prendas para afamadas marcas de ropa. En 2006, producto de otro incendio en otro taller, murieron en el mismo barrio en la calle Luis Viale, dos adultos y 4 niños.
Nuevamente una tragedia que expone dramáticamente la precariedad extrema y las condiciones inhumanas en que viven y trabajan miles de familias para satisfacer sus necesidades más elementales y que están obligadas a vivir en los talleres porque no tienen otra forma de acceder a una vivienda digna, mientras los ricos empresarios textiles se llenan los bolsillos, mientras el poder político y la justicia hacen la vista gorda a pesar de las múltiples denuncias realizadas, mientras se gastan millones de pesos en campañas electorales que prometen una “ciudad para todos” y se desligan de sus responsabilidades calificando estos hechos como “accidentes”.
¿Cuántos “accidentes” más? ¿Cuántos niños pobres deben morir para que se termine con esta situación?
Desde Ademys, enviamos nuestro más profundo pesar a los padres, a sus compañeros de escuela, maestros y comunidad educativa y exigimos tanto al estado nacional como de la ciudad que se implementen de inmediato las políticas necesarias para garantizar condiciones dignas de vida y de trabajo para todos los habitantes de la ciudad y que se haga justicia con los empresarios y políticos responsables.
Ni un pibe menos
Basta de explotación y servidumbre en los talleres clandestinos