La paritaria docente a nivel nacional es una pauta testigo no sólo para los trabajadores de la educación sino para todos los trabajadores. De allí que tanto el gobierno como la burocracia sindical representada por las cinco confederaciones que participan de la paritaria, en especial la CTERA, pongan tanto énfasis en cerrar por debajo de la canasta básica (que según datos oficiales del GCBA para una familia tipo que paga alquiler es de $12.282) y sin cláusulas que permitan una inmediata suba salarial ante la escalada inflacionaria que en 2014 fue de un 40%. Es decir, la crisis y el ajuste lo seguimos bancando los trabajadores, no quienes la generan, no los que ganan fortunas.
En este 2015, en el marco de una crisis política nacional en ebullición a partir de la muerte del fiscal, de un escenario no menos crítico en lo económico y con la consabida agenda electoral por delante, los representantes del gobierno nacional ya auspiciaron un aumento del salario inicial que no supera los $6100 en total para todo el país. Como sostuvimos desde un principio, ese “mínimo” es un techo que aplasta todos los genuinos reclamos de recomposición y aumento salarial a lo largo y a lo ancho del territorio. Las burocracias apoltronadas en los sillones del Palacio Pizzurno, sonríen para las cámaras y se sienten a gusto con la oferta. Ni ellos, ni los ministros viven de las dobles jornadas de trabajo que la mayoría de los docentes encaramos mes a mes, ni ponen un pie en las escuelas derruidas de nuestros barrios populares, ni viven del salario mínimo que pactan a espaldas de las bases en las escuelas. La discusión como es costumbre se da en ámbito cerrado, sin asambleas para que los docentes decidamos cuánto es justo ganar y cuáles son las transformaciones necesarias para que el trabajo de enseñar y la tarea de aprender sean dignos.
Dejando en claro que la prioridad no es garantizar los derechos básicos de la población, en los presupuestos 2015 votados tanto a nivel nacional como en la ciudad de Buenos Aires, se aumentaron las partidas para “seguridad”, deuda externa, publicidad, en desmedro de los presupuestos educativos, de salud, de vivienda y cultura.
En la CABA, el ministro Bullrich adelantó hasta el momento dos cuotas de un 10% a cuenta del aumento 2015, -lo que fue planteado por el Ministerio en diciembre sin ponerlo en discusión en la mesa y sólo informando de la medida unilateral o negociada fuera del ámbito de la mesa. Desde Ademys rechazamos esa imposición que no contempla la necesaria recomposición salarial, ni la desigualdad generada en las paritarias anteriores, que produjo una discriminación salarial a la baja dejando a miles de docentes por debajo de la garantía mínima y produciendo una desvalorización de la hora cátedra. La actual propuesta, aún sin números, pero de igual aumento para todos los docentes, cristaliza la diferenciación a la baja para un sector importante de la docencia.
En enero, hemos presentado desde Ademys un pliego de reivindicaciones que abarca los reclamos de todas las áreas y que resalta fundamentalmente, además de la necesidad de un mínimo de $11.000 y un básico de $7.000, la construcción de escuelas en la Zona Sur, la suspensión de la aplicación de la NES, la eliminación del impuesto al salario (Impuesto a la Ganancias) o en su defecto que ese aporte quede a cargo de nuestra patronal y no de los trabajadores; la restitución de las Juntas de Clasificación y el reconocimiento de los delegados electos de Ademys en 2014 como así también su legítima representación en las comisiones permanentes de Salario y Estatuto.
Los docentes no queremos el reparto de las migajas y los problemas de la educación no son de una u otra jurisdicción. Por eso necesitamos unir nuestras voces y acciones con la docencia de todo el país, para intervenir de conjunto en estas paritarias, y poder generar un movimiento nacional que intervenga con fuerza, defendiendo nuestros derechos como trabajadores y los derechos de los niños y jóvenes a la educación, tanto frente al gobierno nacional como frente a la oposición patronal. En este sentido, Ademys convoca y participará del Encuentro Opositor Docente que se desarrollará el 23/2, en unidad con todas la provincias, seccionales y conducciones que no se subordinan ni al gobierno ni a la burocracia.
Organicémonos para intervenir en la paritaria
En la Ciudad, es imperioso organizarse por escuela, haciendo asambleas, discutiendo entre compañeros, deliberando en las jornadas institucionales sobre nuestras condiciones de trabajo y nuestro salario, sacar mandatos elaborados en las escuelas. Desde Ademys, hemos puesto a disposición nuestro pliego para su discusión con el conjunto de la docencia. Entendemos que debemos ser los trabajadores en asamblea quienes definamos si aceptamos o no las propuestas del gobierno. Por ello, convocamos a participar de la asamblea abierta que realizaremos el día 25/02 a las 18hs en Solís 823 para definir colectivamente nuestros reclamos y decidir qué acciones realizamos para lograrlos.
– Salario mínimo (garantía) igual a la canasta familiar: $ 11.000 para el salario inicial, sin antigüedad y $7.000 de salario básico.
– Ningún cargo docente por debajo de la garantía mínima. No a la desvalorización de la hora cátedra.
– Blanqueo de las cifras en negro y su incorporación al salario básico.
– La eliminación del impuesto al salario (Impuesto a la Ganancias).
– Suspensión de la aplicación de la NES
– Restitución de las Juntas de Clasificación
– Por vacantes para todos: Construcción de Escuelas y resolución de problemas de Infraestructura
– Reconocimiento de los delegados electos de Ademys en 2014
– Legítima representación de Ademys en las comisiones permanentes de Salario y Estatuto.