Sobre el nuevo Régimen Académico de la Educación Secundaria
Por medio de la RESOLUCIÓN N.º 970/MEDGC/22, la ministra Soledad Acuña estableció un nuevo Régimen Académico de la Educación Secundaria para la Ciudad de Buenos Aires.
La nueva norma, dictada unilateralmente por el Ministerio de Educación, modifica las condiciones de acreditación y promoción, el régimen de cursada y asistencia, e impone nuevas tareas a lxs docentes y trabajadores de la escuela secundaria.
Con la sanción de este Régimen Académico, el gobierno pretende cristalizar muchas de las medidas que fueron tomadas como excepcionales a raíz de la pandemia de COVID-19, avanzando en una degradación mayor de la escuela secundaria y en una flexibilización del trabajo docente.
Políticamente, se trata de un intento de mejorar artificialmente los índices de terminalidad y de apuntalar la transformación de la escuela secundaria en una capacitadora para el “mundo del trabajo”, en desmedro de una formación científica y universal.
Promoción y acreditación
Lo primero que resalta del nuevo régimen académico es que se flexibilizan las condiciones de promoción. Lxs estudiantes con hasta 2 materias desaprobadas (previas) pasan de año directamente. Si tienen 3 o 4 previas, la decisión sobre la promoción la toma un “equipo de profesores por curso” junto a la conducción de la escuela. En ese caso, entran en los que se denomina “promoción acompañada”. “Esto implica que el/la estudiante podrá continuar en el ciclo subsiguiente con un plan personalizado para el fortalecimiento de los aprendizajes y la acreditación de los objetivos de aprendizaje pendientes.”
Solo permanecen (repiten) el año, lxs estudiantes con más de 4 materias previas o en los casos con 3/4 previas, cuando lo determine el Equipo de profesores del curso. Los estudiantes que repiten pueden optar por no recursar las materias aprobadas y, si deciden cursarlas, ya no aprueban con 6, sino con 4. Para primer año, la posibilidad de repetir queda anulada, salvo que exista un pedido excepcional a la Supervisión (que puede ser rechazado).
En cuanto a la aprobación de las materias previas, lo que se hizo en 2020 por la excepcionalidad pandémica se convierte en la nueva norma. Las materias no acreditadas se pueden ir aprobando en pedacitos, con evaluaciones parciales, con entrega de trabajos o simplemente justificando que los contenidos del año siguiente englobaron a los contenidos pendientes.
Equipo de profesores por curso
Una de las novedades que presenta el régimen es la creación de los Equipos de Profesores por curso. La norma no establece cómo se componen estos equipos, pero lo que circuló en la última EMI es que estarían integrados por 6 docentes del curso. Además de intervenir en la decisión sobre la promoción o no de un estudiante, el Equipo de Profesores por curso debería “construir una mirada integral y una evaluación colegiada sobre los procesos de aprendizaje”, “intervenir tempranamente frente a las situaciones de estudiantes que requieran estrategias y apoyos específicos” y “diseñar planes personalizados para la recuperación de los saberes de los/as estudiantes que promocionen con espacios curriculares no acreditados”. Para ello, “el Equipo de Profesores mantendrá reuniones con la periodicidad necesaria para garantizar el debido seguimiento y acompañamiento de los/las estudiantes.”
Todo muy lindo, pero absolutamente inviable en un cuadro donde lxs docentes de media trabajamos 50 o 60 horas para conformar un sueldo que nos permita vivir. La creación de estos Equipos de Profesores no va acompañada de la creación de horas ni de ninguna erogación presupuestaria. De esta forma, sólo puede conducir a una sobrecarga laboral de lxs docentes y a un “como sí” burocrático. Las reuniones no se pueden hacer porque no existe el tiempo, entonces se reemplazan por actas donde difícilmente tenga lugar una “mirada integral sobre los procesos de aprendizaje”. Los “planes personalizados” y la elaboración de “estrategias y apoyos específicos” chocan con cursos superpoblados y con docentes que tienen al mismo tiempo en total 200 o 300 alumnxs.
Asistencia por materia
Otro cambio que no queda claramente establecido, pero se deprende de la norma es el del seguimiento de la asistencia por materia. Por ejemplo, sobre la acreditación se plantea que “el/la estudiante deberá concurrir al período de apoyo y acompañamiento para la evaluación y promoción de aquellos espacios curriculares en los que no haya acreditado el 85% de asistencia sobre la carga horaria de dichos espacios curriculares.” Además, en el nuevo Régimen Académico no existe la condición de estudiante libre por inasistencias, por lo que el seguimiento de la asistencia pasa a ser un problema esencialmente académico, o sea de lxs docentes. En algunas EMI incluso se planteó la posibilidad de cambiar de un régimen de asistencia por jornada escolar a uno de asistencia por espacio curricular.
Nuevamente estamos ante una sobrecarga de trabajo en la que además se desvirtúa la tarea específicamente docente ¿Quién controla la asistencia en cada materia? ¿Lx docente de la materia? ¿Lx preceptorx? Si en 40 minutos hay que pasar lista, completar el libro de temas, completar planillas de seguimiento y casilleros de planes especializados, etc., ¿Cuánto tiempo queda para enseñar algún contenido?
Educación para el trabajo
En un sentido más general, el nuevo Régimen Académico profundiza la línea recorrida por la NES, la Secundaria del Futuro y la implementación de las prácticas profesionales en 5to año. Larreta y Acuña no inventan nada, sino que se limitan a reproducir las fórmulas que bajan los organismos internacionales de crédito y hablan de la formación en “capacidades” y “habilidades blandas” para los “trabajos del siglo XXI”.
En esa línea, la nueva norma proclama que “el Segundo Ciclo/Ciclo Orientado prepara a los/as estudiantes para continuar los estudios superiores y brinda saberes y capacidades para la incorporación en la sociedad y en el mundo del trabajo.”
El gobierno parte de un diagnóstico interesado que no tiene evidencia alguna: “la juventud no consigue trabajo porque no está capacitada”, para concluir que la escuela secundaria tiene que adecuarse al mercado laboral. El drama de esta consigna es que asistimos a un mercado laboral cada vez más precarizado, por lo que esta adaptación de la escuela al “mundo del trabajo” termina siendo una precarización de la propia escuela y de su formación.
Algunas conclusiones
Los cambios que el gobierno busca imponer en el régimen de la escuela secundaria se justifican en una crítica a la escuela “tradicional” y a sus procesos de selección y exclusión. Nuestro rechazo a este régimen no constituye una defensa de esa tradición elitista y excluyente, sino una denuncia de que los supuestos mecanismos de acompañamiento sin inversión en infraestructura y en cargos docentes son una farsa que termina degradando la educación y el trabajo docente.
Una transformación positiva de la escuela secundaria debe partir de la creación de cargos para el apoyo y el acompañamiento de los estudiantes, el desdoblamiento de los cursos superpoblados y un salario igual a la canasta familiar por un cargo o por 20 horas de clase, para que lxs docentes tengamos la posibilidad material de formarnos y de atender a la especificidad de cada estudiante.
Estas medidas no van a venir de la mano de los gobiernos que ajustan el presupuesto educativo y repiten las recetas el capital financiero. Van a ser el resultado de la lucha de la docencia junto a la comunidad educativa y al conjunto de lxs tabajadorxs.
Secretaría de Asuntos Pedagógicos