Una nueva estrategia para introducir los rankings y la competencia
El Gobierno de la Ciudad ha aprovechado la realización de los juegos Olímpicos de la Juventud – que este año se llevarán a cabo en Buenos Aires – para introducir la competencia como valor relacionado al conocimiento. Esta semana llegó a las escuelas primarias un comunicado que intenta imponer la participación obligatoria de los establecimientos en las Olimpiadas Escolares CABA, una competencia entre lxs chicxs de 4to a 7mo grado en las áreas de Prácticas del Lenguaje y Matemáticas.
Sin ningún tipo de fundamento pedagógico y bajo el título de “Otra oportunidad para aprender”, el comunicado explicita que entre mayo y septiembre deberemos destinar dos horas semanales para practicar para las olimpíadas. Como si la multiplicidad de tareas y emergentes con los que nos enfrentamos en las escuelas no fuera suficiente, de manera totalmente improvisada el gobierno pretende que destinemos dos horas semanales a una iniciativa que se vincula más con el marketing que con la educación. Se trata de un nuevo intento de reducir nuestra labor a la de meros aplicadores de políticas definidas fuera de las escuelas, de que acatemos directivas carentes de sustento pedagógico y basadas en la verticalidad de una directiva girada por mail y sin fundamentación alguna.
Desde Ademys, consideramos que el conocimiento no es algo por lo que haya que competir con otros para ver quién es mejor. Por el contrario, creemos que en la escuela tenemos que buscar estrategias para que todxs puedan apropiarse de los contenidos y transmitir la idea de que aprender tiene sentido por el valor del conocimiento en sí mismo, y no por ganar una competencia. Generar instancias en donde se gane o se pierda a partir de lo que uno aprende no es algo de lo que deba ocuparse la escuela.
Lo que el Gobierno sigue intentando hacer con esta iniciativa – al igual que con los operativos Enseñar y Aprender- es introducir distintos mecanismos de evaluación y de competencia para armar rankings de escuelas y alumnxs y, de esta manera, ir de a poco instalando los premios a docentes y alumnxs que obtengan mejores rendimientos.
Desde Ademys rechazamos esta nueva forma de mercantilizar la educación. Llamamos a supervisores, directivos y docentes a no prestarse a este nuevo montaje y no ser correa de transmisión de estos valores que nada tienen que ver con la escuela pública que queremos: una escuela en la que sean la solidaridad y la valoración del conocimiento los principios que guíen nuestras prácticas. Así debemos transmitírselo a la comunidad educativa para que juntxs rechacemos esta nueva avanzada con la educación pública.