El gobierno nacional y de todas las provincias están en una franca campaña de desprestigio a la docencia con el objetivo de deslegitimar su lucha para imponer el ajuste sobre nuestras espaldas. La última oferta, con sumas en negro y que mantiene las cuotas, implica que los docentes apenas superemos la canasta de pobreza y perdamos más del 10% de nuestro salario. Esto mientras se beneficia a las empresas de servicios con los tarifazos, a las mineras y al agro con la quita de retenciones, a los buitres con pagos fraudulentos multimillonarios y al grupo macri con la quita de deuda.
En este marco, uno de los argumentos extorsivos que presentan el gobierno y los medios para evitar el paro es que, producto de las medidas de los docentes contra la rebaja salarial, crece la matrícula en las escuelas privadas.
En primer lugar, es necesario advertir que el propio Mariano Narodowski (ministro de educación porteño durante primer gobierno de Macri en capital) afirma que “no existe relación estadística entre los paros docentes y el aumento del número de alumnos en escuelas privadas: analizando todas las provincias vemos que la educación privada aumenta de manera constante con independencia de los paros”. Por lo tanto, el argumento, además de falaz, es utilizado de manera extorsiva para responsabilizar a los docentes de un fenómeno que es entera responsabilidad del Estado.
En segundo lugar, cualquier análisis que desconozca la realidad que siempre denunciamos de la escuela pública como elemento para entender el crecimiento de la matrícula privada, no cabe duda que será un análisis sesgado con clara intencionalidad. De forma general, la crisis edilicia que atraviesa la escuela pública, la falta de escuelas, la inexistencia de vacantes en inicial y en primaria, son políticas que operan contra la propia educación pública.
Entonces, el crecimiento de la matrícula de las escuelas privadas, tomándolo como resultado de las políticas de estado, obedece a un interés más general de los gobiernos que lo han impulsado. De un lado, la disminución del presupuesto destinado a la educación descargando esa responsabilidad en las familias trabajadoras que pagan una cuota. Del otro, la creación de un sinnúmero de patronales que regimentan y precarizan al colectivo docente amparados en la posibilidad que otorga el estatuto docente de privadas de echar a los docentes de forma arbitraria. De esta manera, se ha profundizado la fragmentación de los docentes a la hora de salir a luchar por nuestros reclamos.
Como conclusión, la organización de maestros y profesores de las escuelas privadas es estratégico, con el objetivo de sumarnos a la lucha más general de los docentes, en defensa de nuestras condiciones laborales y de la educación pública en general
En este camino están varias escuelas de gestión privada de CABA, que han adherido a los paros de forma colectiva, han realizado asambleas, y, en algunos casos, han elegido delegados de Ademys o están en proceso de hacerlo.
Docentes de escuelas privadas de capital: sumémonos a los paros, organicémonos y derrotemos el techo del 18 %. Por un 16 mil de inicial y un 40% para todas las escalas.Estabilidad para los docentes de privada, basta de despidos arbitrarios. A igual trabajo, iguales condiciones y derechos.
Ademys