Compartimos una carta elaborada por docentes de escuelas secundarias piloto de la SF y otras que entrarían en dicha reforma educativa en 2019. Allí expresan los problemas que la misma implica en términos laborales, pedagógicos y de infraestructura.
Convocamos a todas la docencia a organizarse y firmar la carta en sus escuelas.
El miércoles 28/11 al mediodía nos encontramos en las puertas del Ministerio de Educación para hacer entrega de las mismas y un pedido de reunión con la dirección de media desde Ademys.
¡Basta de ataques a la educación pública!
¡Acuña, tu reforma no es la escuela que queremos!
A la Ministra de Educación de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Licenciada Soledad Acuña
S / D
Desde mediados del año 2017, cuando los docentes nos enteramos de manera informal acerca de la existencia de una nueva reforma en las escuelas secundarias de la CABA —identificada inicialmente con el nombre de «Secundaria del Futuro», si bien en los papeles se presentaría como «profundización de la NES» (habiendo sido denegada, por medio de este eufemismo, su condición fáctica de reforma)—, comenzamos a pedir información y precisiones sobre el proyecto. Mediante notas, reclamos formales, intervenciones públicas, intentamos que el Ministerio de Educación de la CABA explicitara los objetivos del proyecto, así como también sus fundamentos pedagógicos. Estos pedidos fueron sistemáticamente ignorados, ocultándose gran parte de la información solicitada y haciéndose visible, en cambio, un aparente proceso ininterrumpido de modificaciones constantes de los lineamientos generales. Desde el primer momento, se trató de una reforma de hecho, aunque no en su estatus legal, completamente inconsulta, alejada de las necesidades reales y urgentes de las escuelas, impuesta desde las oficinas del Ministerio, sin el diálogo profundo y necesario con lxs docentes. De esta manera, se nos repetía —una y otra vez— que era necesario “habitar el cambio” e ir resolviendo las dificultades en el camino. Así, llegamos a comenzar el ciclo lectivo 2018 sin tener en claro cuestiones básicas, como el pago de nuestro trabajo o la forma de aprobación de lxs alumnxs. Aún hoy seguimos trabajando en un marco de gran incertidumbre, donde docentes y estudiantes tenemos más dudas que certezas ante las formas de evaluación, las calificaciones y las formas de acreditación de los contenidos.
En las escasas reuniones previas que tuvieron lugar a fines del 2017 en las escuelas que fueron seleccionadas como «pioneras», ante los reclamos constantes de lxs docentes, las autoridades se encargaron de asegurar que la supuesta profundización de la NES no comenzaría en caso de que no estuvieran dadas las condiciones adecuadas. Para eso, las supervisoras asumieron los compromisos de garantizar la infraestructura, la conectividad, el mantenimiento de las condiciones laborales y las capacitaciones en servicio indispensables para su implementación. Hoy, en octubre del 2018, podemos asegurar que aquellos compromisos no fueron cumplidos. Las obras de infraestructura se mostraron completamente inapropiadas ya que no se tuvieron en cuenta ni las medidas de las aulas ni la cantidad de alumnxs, los arreglos se hicieron sin contemplar las necesidades propias de cada escuela, y una parte del mobiliario se rompió al poco tiempo de uso por no contar con el mantenimiento adecuado o por haber sido mal instalado. La conexión a internet nunca funcionó de manera eficiente y, si bien en cada establecimiento se ha argumentado que se trata de un problema excepcional, esta dificultad se verifica en la mayoría de las escuelas piloto/pioneras. En cuanto a las garantías laborales, lo que encontramos es un avance fortísimo sobre nuestras condiciones de trabajo, como consecuencia de la multiplicación de nuestras tareas, el trastrocamiento de nuestros horarios (lo que, a su vez, ha generando un caos en la totalidad de los horarios de cada institución) y la incertidumbre con respecto al carácter de esas horas, que se anuncian como interinatos, pero no pueden ser titularizadas, trasladadas ni licenciadas (lo cual resulta en un avance sobre el Estatuto). Asimismo, no podemos soslayar el hecho de que todos estos cambios fueron llevados a cabo a través de presiones a lxs docentes. Por último, las capacitaciones resultaron insuficientes, desordenadas, sin planificación y absolutamente inútiles en tanto no se basan en las dificultades que observamos lxs docentes que convivimos con este proyecto en la cotidianidad del aula.
Por todo lo anteriormente expuesto, la «Secundaria del Futuro» ha provocado y continúa provocando un deterioro en la calidad educativa. La planificación necesaria en el desarrollo de cualquier proyecto pedagógico se reemplaza por la improvisación constante. Los contenidos específicos de las materias se pierden en pos de actividades tentativas para el desarrollo de competencias, y supuestos proyectos areales que no tienen garantizadas las condiciones de aplicación sistemática. Las clases se dan en contextos de ruido por las obras (dado que no se cumplen los plazos firmados en los diversos Compromisos de Obra), de alumnxs apiñadxs en las aulas, de cortinas que no abren o no cierran, de ventiladores que chocan contra las paredes, de estufas que no pueden ser encendidas, y con calificaciones graduadas según una mezcla poco coherente de criterios, que no son claros ni para lxs alumnxs, ni para lxs docentes, ni para las familias. Se produce la pérdida constante de clases, ya que lxs docentes somos convocadxs de un día para el otro a capacitaciones absolutamente improductivas. A esto se suma la diferenciación ostentosa entre las condiciones de trabajo en las «aulas del futuro» y en el resto de los edificios escolares, con espacios en peligro de derrumbe, vidrios rotos, falta de proyectores y mesas inestables. Y el conjunto de estas dificultades recae sobre los hombros de lxs docentes, que tenemos que enfrentar dichas situaciones, incluso con varios meses sin cobrar por nuestro trabajo realizado y sin tener en claro, además, las condiciones de contratación.
– Por la imposición y falta de diálogo en torno al proyecto;
– por el incumplimiento de los compromisos asumidos por parte de las autoridades (infraestructura, conectividad, derechos laborales);
– porque la profundización de la NES implica la degradación de los contenidos, la precarización laboral y educativa y la diferenciación entre alumnxs de primera y de segunda;
– porque se desconocen los reclamos y las necesidades históricas y urgentes de nuestras escuelas (reformas edilicias, acceso a TICs, capacitaciones de calidad, etc.),
Lxs docentes abajo firmantes le decimos NO A LA SECUNDARIA DEL FUTURO.