Durante la última semana y a contramano del cuadro epidemiológico que puso en alerta a toda la comunidad educativa, el gobierno de la ciudad y sus funcionarios han desplegado una presión creciente contra las escuelas, docentes, familias y directivos que reclaman pasar a la virtualidad.
Las medidas de fuerza, los reclamos colectivos de familias y la organización de la docencia al interior de las escuelas, pretende ser frenado con represalias, actas, o «recomendaciones» contradictorias con la grave situación que estamos atravesando e, incluso, con lo que el propio protocolo escolar define.
A las profesoras y maestras que se comunican con las familias para dar a conocer la situación inviable de organizar la jornada escolar con «burbujas» aisladas, sin recursos, las amenazan con descargos en actas.
A las familias que envían cartas a las escuelas para informar que no enviarán a sus hjxs a clases, también se los amenaza con hacerles alguna medida legal, amenazando con sacarles las vacantes, a pesar que no pueden hacerlo, porque entre otras cosas rige un amparo al respecto.
A la docencia que se adhiere al paro, la amenazan de hacerles los descuentos ilegales e improcedentes, dado que la docencia está teniendo que hacer medidas de fuerza para poder garantizar la salud de todxs, en el medio de una suspensión de actividades presenciales que el gobierno de la ciudad no cumple.
Como si fuera poco, el pasado viernes 23, la dirección general de escuelas normales superiores y artísticas convocó de imprevisto a supervisores y a rectoras para presionar sobre cómo debían adaptar la modalidad de clases, solicitando que adopten la normativa de CABA, que está en completa contradicción con las medidas sanitarias adoptadas de suspender la presencialidad y garantizar la virtualidad para estudiantes.
Recordemos que las conducciones de Normales, elegidas democráticamente en estas escuelas, fueron definiendo la modalidad de acuerdo a una estricta evaluación de condiciones epidemiológicas, sanitarias y educativas.
El fracaso en materia sanitaria de los gobiernos, está llevando a que la situación sanitaria se agudice y que sean lxs propios trabajadores los que deban intervenir para defender la vida, frente a la segunda ola de Covid. Este fracaso de Larreta, de mantener una supuesta normalidad en las escuelas, se transforma en multipliques ataques, presiones y maltratos.
Desde Ademys, rechazamos estás prácticas que atentan contra la salud y la organización de las comunidades educativas. Llamamos a no naturalizar estas presiones y maltratos, encomendados por el Ministerio de Educación de la Ciudad, a organizar la denuncia correspondiente junto al sindicato y a responder todxs juntxs.
#SuspesióndeClases
#Computadorasyconectividad
#VacunasparaTodxs