Desde Ademys nos solidarizamos con la familia de Luciano Arruga en este nuevo intento de amedrentarnos. Por el contrario, sostenemos más que nunca el pedido de justicia y que paguen todos los responsables del asesinato de Luciano.
El pasado 7 de junio, Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga, encontró su auto incendiado en la puerta de su casa. La familia denuncia que se trata de una nueva amenaza contra la lucha que familiares y amigos llevan adelante por castigo a los responsables de la desaparición y del asesinato de Luciano.
Con los peores métodos mafiosos se quiere amedrentar a la familia que denuncia que ha sido víctima de varias amenazas desde que comenzaron la lucha por la aparición con vida de Luciano. Entendemos que no se trata de un hecho aislado, sino que es uno de los tantos que se suma a la serie de ataques que vienen sufriendo, como la detención ilegal de una integrante de Familiares y Amigos en el 2009, el intento de incendiar la casa de la madre de Luciano, Mónica Alegre, en 2011, dos ejemplos de los hechos gravísimos que viene sufriendo y denunciando la familia.
Este hecho se da luego de lograr la condena a 10 años de prisión del policía Torales quien torturó a Luciano. Como denuncia la familia, esta situación es insostenible ya que corre peligro real su integridad. Ningún funcionario del Gobierno de Scioli ni del de Cristina Fernández ha tomado ninguna medida contra estas amenazas. Los organismos de derechos humanos nos solidarizamos con Vanesa y con su familia y hacemos responsable a los Gobiernos nacional y provincial de terminar con estos hechos y de cualquier hostigamiento a la familia de Luciano