Sobre nuestro salario: Las suelas gastadas y los bolsillos vacíos

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Llegamos a fin de año con las suelas gastadas. Gastadas de correr de una escuela a la otra porque no nos alcanza el salario y tenemos muchas horas o varios cargos. Gastadas de andar por la escuela, enseñando y aprendiendo con los chicos y nuestros compañeros. Gastadas por las muchísimas movilizaciones que realizamos por los problemas de infraestructura, la falta de vacantes, contra la Evaluación, contra la NES, contra la precarización laboral, entre muchos otros reclamos que fueron desoídos por el gobierno. Las suelas gastadas y la moral en alto para seguir luchando por lo que es nuestro por derecho.

Pero también llegamos con los bolsillos vacíos.
Los últimos meses del año han demostrado que lo planteado por Ademys en febrero tiene absoluta vigencia: la paritaria 2014 para la docencia porteña ha sido insuficiente, discriminatoria y arbitraria.
Con una inflación anual por encima del 40%  -y en algunos rubros como combustibles, transporte público y alimentos, por encima del 50%-,  el acta salarial por un año, cerrada el 28 de febrero a las “apuradas”, fue a pérdida.
Ha generado, además, insostenibles distorsiones con miles de docentes por debajo de la garantía mínima, en algunos casos con un congelamiento salarial desde abril 2014 hasta abril de 2015, y profundizando la desvalorización de la hora cátedra de curriculares y docentes de media.
Tal como lo hemos advertido, se encuentra en marcha un proceso de disolución de la negociación salarial entre el Ministerio de Educación porteño y los representantes del gremio docente. Las pautas salariales no fueron acordadas en la Mesa Salarial y de Condiciones Laborales, sino armadas por el Ministerio y algún que otro sindicato, a espaldas del organismo formal de negociación salarial y masivamente repudiadas por toda la docencia.


Precarización laboral y educativa a nivel nacional

La inflación, la devaluación del peso, el impuesto al salario y el resto de las cargas impositivas, los tarifazos y las jubilaciones absolutamente insuficientes han generado un empobrecimiento del poder adquisitivo de los trabajadores.
Esto fue el denominador común a nivel nacional: Ajustar los salarios y los presupuestos educativos,  profundizando la precarización laboral y educativa.  La paritaria acordada entre el Ministro de Educación nacional Alberto Sileoni y los gremios nacionales cerró con un salario mínimo de $4400 hasta marzo de 2015, quedando por debajo del mínimo, vital y móvil que será a partir de enero de $4716.
Las luchas llevadas adelante por los docentes de distintas provincias, la histórica huelga de la docencia bonaerense y los Docentes Unidos de Salta, pusieron de manifiesto que la educación pública se encuentra en crisis a nivel nacional. Se profundiza la precarización y sobreexplotación laboral, el proceso de privatización educativa, los problemas de infraestructura y falta de equipamiento y recursos básicos.
Mientras tanto, desde el gobierno nacional se realizaron millonarios pagos al Club de París, a las privatizadas en el CIADI, se indemnizó a Repsol, y se realizó el acuerdo con Chevron, en la perspectiva de reabrir un nuevo ciclo de endeudamiento externo.


Organizarnos desde las escuelas

Ante la perspectiva de una nueva huelga nacional, el gobierno nacional terminó cediendo que no se aplique el impuesto al salario sobre el aguinaldo. En varias provincias los gobernadores –para evitar paros y movilizaciones- han otorgado bonos de fin de año.
El gobierno porteño se encuentra en estos días negociando un aumento de salario a los trabajadores del Subte para evitar un proceso de paros escalonados, y ha otorgado un plus salarial para los trabajadores municipales de $2000.
Esto da cuenta de que el planteo del gobierno de que “la paritaria de este año fue injusta pero no hay presupuesto para mejorarla”, es falso.
Necesitamos abrir la perspectiva de un aumento salarial de emergencia de $3000, un bono de fin de año de $4000, la recomposición salarial de todos los docentes y en particular de los afectados por la diferenciación salarial a la baja y la reapertura de la Mesa Salarial y de Condiciones Laborales que no se ha vuelto a convocar desde el 28 de febrero.
Es preciso abrir un proceso de deliberación en las escuelas que forje en la base de nuestro gremio una férrea organización que nos permita desenvolver un plan de lucha contundente y sostenido por todos nuestros reclamos salariales y laborales, y que enfrente las políticas antieducativas y privatizadoras del gobierno nacional y porteño.


Con las suelas gastadas pero con la firme determinación de seguir luchando por nuestros derechos y por los derechos de nuestros pibes.