No a la “Secundaria del Futuro”: Apoyemos a las y los estudiantes y docentes de escuelas medias.
No es una novedad que el Gobierno de Cambiemos tiene en la mira la educación de nuestro país con el objetivo de orientarla hacia una instrucción de cada vez menor calidad que sirva para formar mano de obra barata. Está entre sus planes hacer una reforma estructural del sistema educativo. Muestras de ello sobran: intentan sepultar la paritaria nacional, redactaron el proyecto de Plan Maestro que busca modificar el sistema educativo en su totalidad y han traspasado en la Ciudad el área de Idiomas a otra gerencia operativa, lo que pone en peligro los derechos de los docentes curriculares, entre otras avanzadas.
Pero la peor embestida por ahora es la que se inició contra la escuela media en la Ciudad de Buenos Aires. Con el pomposo nombre de “Secundaria del Futuro”, Cambiemos impulsa una reforma para vaciar de contenido el nivel medio y además obligar a todos los chicos que cursen el quinto año a hacer pasantías en empresas. La reforma sostiene que “En quinto año, el 50% del tiempo escolar destinado a la aplicación de los aprendizajes en empresas y organizaciones según talentos e intereses de cada alumno y 50% del tiempo escolar destinado al desarrollo de habilidades y proyectos relacionados al emprendedurismo” . Por un lado, esto redundará en la pérdida de horas de clase, lo que ya de por sí va en detrimento de la calidad educativa. Por otra parte, extiende a todxs las y los estudiantes del sistema la obligatoriedad de hacer pasantías en empresas. Si bien puede parecer atractiva la posibilidad de conseguir trabajo gracias a esto, lo que en realidad suele ocurrir con estas pasantías es que las y los estudiantes se transforman en trabajadores precarizados, con menos derechos y sin estabilidad laboral. Esto además deja abierta la puerta a que miles de trabajadores pierdan sus empleos cuando estos puestos sean ocupados por los estudiantes año tras año.
Por otra parte, la reforma propone pasar de doce asignaturas a cuatro. Una de ellas, por ejemplo, será Comunicación y Expresión que abarcará Lengua y Literatura, Lenguas Adicionales, Educación Física, Arte. Este tipo de inventos no hace más que dejar a luz las intenciones del “cambio”: menos calidad y más ajuste. ¿Cómo llegarán a la Universidad nuestros jóvenes luego de pasar por esta secundaria? ¿Qué pasará con los miles de docentes que dictan las asignaturas? ¿Quiénes mantendrán su trabajo en un sistema dónde la mayoría de los docentes son interinos? ¿Qué pasará además con los docentes que dictan horas en quinto año?
Ante esta situación, las y los estudiantes se han organizado y han empezado a tomar colegios. Los docentes, por su parte, se están organizando en asambleas y harán un paro este 22 de septiembre. Pero la pelea es larga y promete seguir.
Desde el nivel primario debemos apoyar a las y los profesores y estudiantes del nivel medio y estar listos para hacer medidas de fuerza que nos involucren a los docentes de todos los niveles y a toda la comunidad educativa. Porque lo que está en juego es el futuro de nuestrxs estudiantes, de la educación pública, pero también el de miles de trabajadores que podrían perder su empleo.